No hay líderes - Razón y Palabra

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no hay líderes

Foto de: Alberto Uc.

Fecha de publicación: 23 de octubre de 2012

He de reconocer que ‘todo este tiempo’ (2 semanas) he estado motivado a escribir este texto por una canción que Lucía Méndez hiciera famosa a principios de los noventa, la cual se llama ‘No hay hombres’ (adjunto liga en YouTube al calce).

En cierto momento, la letra dice [ ‘…y busco por las calles, por las cafeterías, en fiestas, restaurantes, tras de cada esquina y nada’ ], lo cual parece aplicar actualmente a los líderes. Ya sean hombres o mujeres, se suele hablar mucho de liderazgo, pero en la práctica éste no siempre se sabe ejercer; existe una clara desconexión entre la teoría y el tacto con que se aplica, lo que hace que los equipos de trabajo acaben –casi literal– [ ‘…por salir huyendo’ ].

A continuación expongo brevemente algunas razones por las cuales considero que los líderes se quedan como en la canción de la Méndez, un tanto frustrados, sino es que apabullados o incluso ajenos, a su estilo de liderazgo; eso sí, desde un plano mucho más práctico, lo que no niega un buen sostén teórico.

1. Se carece de una teoría actualizada sobre el liderazgo, ad hoc a la dinámica del mundo global. Esto es, muchos de los líderes que conocemos siguen hablando de este concepto en términos de si el líder nace o se hace (liderazgo innato vs. liderazgo aprendido), distinción que aún era válida en los setenta, pero no ahora, de tal forma que habría de incorporar nuevos elementos a la teoría, como el equipo de trabajo, la sinergia, las funciones y el contexto, entre otros; de lo contrario, el líder acaba siendo un mero jefe.

2. En las sociedades de Iberoamérica, la autocracia sigue siendo el rasgo preponderante de los líderes. El líder justifica su comportamiento a partir de su jerarquía: centraliza su autoridad, lo establece todo y limita la participación de sus subordinados, a quienes condiciona su atención, su preferencia y sus favores a cambio de obediencia; independientemente de que la labor del líder sea la correcta o no. En este sentido, el liderazgo se ve sometido a una relación de conveniencia, servilismo, coacción y chantaje, la cual puede constatarse –por ejemplo– en muchos casos de nuestra vida institucional.

3. Sigue prevaleciendo la idea de que el líder debe saberlo absolutamente todo, debe resolverlo todo y que del control que ejerza, depende su permanencia, lo cual es falso (o debería serlo). Al ser así, el líder se niega a sí mismo la oportunidad de asumir su principal función, que es la de encausar a su equipo de trabajo, y en consecuencia, menoscaba el hecho de integrar un buen equipo, donde las cualidades de sus miembros se complementen, en vez de que rivalicen; y en cadena, también ignora las ventajas de potenciarlo, esto es, de hacerlo fuerte por lo que es: un equipo que trabaja en conjunto, que hace, comparte y aprende.

4. El líder no sabe reconocer el talento de los miembros de su equipo de trabajo, ni el valor y el potencial del equipo en conjunto. En este caso, el líder no sólo se encuentra escasamente preparado o mal informado, sino que, al sentir que todo el conocimiento se debe centrar en su persona, se niega a tomar en cuenta otras posturas, a considerar todas las capacidades de sus colaboradores y a generar una verdadera sinergia, restringiendo por mucho el desempeño del equipo. Muchas veces este temor, de no poder ser ‘casi una enciclopedia’, hace que los líderes desconozcan –incluso– su propio potencial y atenten en contra de los resultados del equipo. De nueva cuenta, no se trata de saberlo todo, sino de saber administrar y dirigir los recursos con los que se cuenta.

5. Puede que el líder reconozca el potencial de su equipo de trabajo, pero no lo provee de recursos ni de respaldo. Del otro lado de la moneda, el líder sabe que tiene un muy buen equipo, efectivo a lo sumo, pero se desentiende de él: se dedica a otras cosas, no colabora, no supervisa, no interviene en la adquisición de suministros o recursos, ni en la solución de conflictos; existe para señalar los puntos malos y colgarse los méritos. Pero ahí está el equipo. No es de sorprender que este tipo de líder no estimule más que de dientes para afuera, que no recompense y castigue cualquier desobediencia o acto que considere que atenta contra sí mismo.

6. Indistintamente del resultado, positivo o negativo, el líder siempre está muy por encima del equipo de trabajo, al cual menosprecia. El líder está desconectado del equipo y no le interesa conectarse con él; carece de una orientación mínima hacia las personas y la valía de sus colaboradores. Frente a cualquier contingencia, suele atacarlos; ante un logro, era su deber. En un escenario más deprimente, el líder no quiere o no sabe defender a su gente, y ‘dobla las manos’ con tal de mantenerse seguro. Así, este líder sólo lleva agua a su molino y su objetivo es trascender de modo particular. Recordemos que un líder, como cualquier persona, sólo ataca o denigra aquello a lo que en verdad le teme.

De alguna manera, me parece que muchos hemos pasado por una de estas situaciones, pero como en cualquier forma de relación humana, lo importante no sólo es evocar el agravio, sino identificarlo, para que ahora sí a partir de la teoría y la práctica cotidiana, procuremos ser mejores líderes.

Y cerrando con Lucía, [ …‘todos (espero) piensan lo mismo que yo’].

Liga en YouTube de ‘No hay hombres’, de Lucía Méndez.

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JAVIER CARLO. Maestro en Administración de Tecnologías de Información por parte del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), México, y Maestro en Comunicación por parte de la Universidad Internacional de Andalucía (UIA), España. Licenciado en Ciencias de la Comunicación egresado del ITESM; cuenta con estudios sobre publicidad, desarrollo de proyectos, psicología social y antropología de las organizaciones.

Estratega en comunicación y catedrático. Su experiencia profesional abarca el marketing para medios y el desarrollo de proyectos audiovisuales; así como el diseño de programas educativos a nivel superior y la docencia.

Actualmente es colaborador del Tecnológico de Monterrey, coordinador editorial del boletín 'Perspectiva de Género en el Turismo', de la Secretaría de Turismo (México), y gestor de proyectos de comunicación.

Contacto:
http://cafeycatedra.blogspot.mx/
jcarlomena@gmail.com
facebook: Javier Carlo
twitter: @javocarlo

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